Mike Hughes, el terraplanista que murió tras fabricar su propio cohete

Mike Hughes, el terraplanista que murió tras fabricar su propio cohete

Actualmente, con Internet tenemos acceso a toda la información del planeta, y aunque esto debería ser motivo de alegría, muchos parecen no ser capaces de delimitar la información veraz de las manipulaciones y falacias que también abundan a través de las redes sociales y los blogs. En lugar de traer más conocimiento a la población en general, Internet ha propiciado la aparición de nuevas teorías de la conspiración, que han llegado al punto de negar cosas probadas científicamente hace siglos, como le forma de nuestro planeta. Los terraplanistas ya existían hace décadas, pero es ahora, con Internet, como han logrado reunirse y llegar más lejos gracias a sus plataformas, donde suben vídeos “demostrando” sus teorías.

Y es que es complicado imaginar a alguien en pleno siglo XXI asegurando que la Tierra es plana, después de que la forma de nuestro planeta se haya demostrado esférica hace ya varios siglos, con métodos mucho más simples de los que hoy disponemos. Sin embargo, las teorías que apuntan estos terraplanistas nos llevan a una conspiración global entre los gobiernos del mundo  y sociedades secretas y antiquísimas que quieren tenernos controlados por completo, no se sabe por qué razón, ya que el hecho de que el planeta sea redondo o plano no cambiaría demasiado la percepción real que tenemos de él, al fin y al cabo… Es como una batalla contra el orden establecido, y los terraplanistas cuentan ya con su propio ejército, sus capitanes… e incluso sus mártires, como Mike Hughes, un temerario aventurero que falleció a principios de 2020 intentando demostrar, precisamente, que la Tierra era plana.

Las teorías de Mike Hughes

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Mike Hughes era conocido popularmente como Mad Mike, el Loco Mike, más por sus pruebas temerarias que por sus teorías, aunque estas tampoco tenían desperdicio. Tras pasar una vida como conductor de limusinas, Mike Hughes comenzó a interesarse por las teorías de la conspiración, aquellas que nos hablan del control secreto del gobierno, a través de una sociedad en la sombra que es la que mueve los hilos en realidad. Hughes se apuntó al movimiento terraplanista, afirmando que nos habían tenido engañados desde el principio y que nuestro planeta no tenía forma esférica, sino plana. Difundió esta afirmación, junto con la de otros terraplanistas, a través de vídeos, foros y mensajes que llegaron a millones de personas.

Evidentemente, pocos le tomaron en serio entonces, y para probar que llevaba razón, comenzó a construir varios prototipos de cohetes caseros impulsados por vapor, para subir muy alto y poder realizar fotografías a la Tierra, demostrando, según él, sus propias teorías. Poco importaba que la curvatura de la Tierra apenas sea visible hasta los 20.000 metros, una altura imposible de conseguir para el propio Hughes, que aún así, defendía que él no creía en la ciencia, que había estudiado mucha ciencia ficción y que al final era lo mismo. Así que se tomó muy en serio sus propias pruebas, y tras realizar algunos intentos, que tenían más de espectáculo que otra cosa, decidió que para finales de 2019 llevaría a cabo su gran subida a los cielos y demostraría a todos que llevaba razón.

Construyó su propio cohete

Mad Mike construyó su propio cohete casero, impulsado por vapor, con la ayuda de Waldo Stakes, un supuesto experto ingeniero. Todo el proceso, así como el lanzamiento, fue seguido por un equipo de televisión que grababa una serie documental llamada Homenade Astronauts (“Astronautas Caseros”). El proceso ya tuvo un primer intento en Noviembre de 2019, pero las autoridades impidieron a Hughes lanzarse con el cohete, al no ser posible este tipo de experimentos en terreno público. Después de obtener todos los permisos, semanas después Mad Mike volvió a intentarlo, a mediados de Febrero. Su intención era alcanzar los 1.500 metros, aunque entendía que este solo era un paso más en su cruzada para llegar a salir al espacio exterior en un cohete creado por sí mismo, para demostrar todas sus teorías.

Muerte de Mike Hughes

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A mediados de Febrero, y con el equipo de Homenade Astronauts siguiendo cada uno de sus pasos, Mike Hughes preparó todo el lanzamiento en una zona del desierto de California. El cohete parecía estar en condiciones y Mad Mike estaba muy ilusionado con todo lo que podría conseguir cuando llegase a esa altura y pudiera sacar las fotos que demostrarían sus teorías. Sin embargo, el desastre no tardó en producirse. A los pocos segundos de despegar, el cohete se desestabilizó y acabó estrellándose de nuevo contra el suelo poco después. Mike no pudo sobrevivir al impacto y falleció en el acto, a sus 64 años, y sin poder demostrar todo lo que había intentado exponer a lo largo de su vida, más allá de haber provocado su propia muerte por pura insensatez.

¿Qué factores influyeron en su muerte?

Muchos quedaron horrorizados al conocer el accidente, que además fue captado por algunas cámaras y todavía hoy se puede ver en redes sociales. Mike era, a pesar de sus extravagantes teorías, un tipo muy querido en ciertos sectores de Estados Unidos. Por supuesto, los terraplanistas lo tienen ya como un mártir, e incluso apuntan, como no, a una conspiración secreta cuyo objetivo era quitarse de en medio a uno de sus más populares defensores. Sin embargo, todo apunta a que la muerte del temerario piloto se produjo por una serie de fallos en la ingeniería del cohete que le propulsaba, y por una cadena de sucesos que, por mala fortuna, terminaron por estrellar el cohete.

En los vídeos se comprueba que, apenas el proyectil sale disparado hacia arriba, se desprende de él un paracaídas que seguramente hubiera sido utilizado para frente una caída como la que se produciría momentos después. La ausencia de esa medida de seguridad, junto con la desestabilización del propio cohete, que viró su trayectoria al poco tiempo de salir para subir durante unos segundos y luego caer en picado, fueron fatales para Mad Mike. Por supuesto, el piloto no pudo controlar la caída del cohete y acabó estrellándose de bruces contra el suelo de aquel desierto inhóspito, dejándose la vida por probar una teoría que, en realidad, ya está más que demostrada en el sentido contrario. Tal vez a partir de ahora más de un terraplanista se lo piense otra vez antes de intentar este tipo de experimentos tan peligrosos.

Francisco

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